martes, 21 de marzo de 2023

Nacionalismo Revolucionario: ¿Una Ideología Actual o una Reliquia del Pasado?


Por: Luis Miguel Isidoro

El Nacionalismo Revolucionario es una corriente ideológica que surgió en México a principios del siglo XX y que tuvo un papel importante en la consolidación del Estado mexicano. Esta corriente se caracterizó por una fuerte presencia del Estado en la economía, una política de proteccionismo económico, el fomento de la industria nacional y una profunda preocupación por la justicia social y la igualdad.

En los últimos años, el Nacionalismo Revolucionario ha resurgido en México de la mano de Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México. López Obrador ha hecho del Nacionalismo Revolucionario una parte fundamental de su ideología política, promoviendo un proyecto de país que busca poner al Estado al servicio de los más necesitados y que se enfoca en la defensa de la soberanía y la identidad nacional.

La concentración realizada el pasado 18 de marzo, enalteció al pueblo de México como el protagonista de esta etapa en la vida pública del país impulsada por López Obrador, un discurso histórico por la defensa de la dignidad mexicana frente a la intentona de intervencionismo de Estados Unidos de América. El presidente fue claro, colaboración sí, sometimiento no.

Sin embargo, muchos críticos argumentan que esta visión del Nacionalismo Revolucionario está anclada en el pasado y que no tiene relevancia en la actualidad. Según ellos, la globalización y la economía mundial han cambiado la realidad y la viabilidad de este tipo de proyecto nacionalista, y que las políticas económicas y sociales que propone López Obrador no son viables en un mundo interconectado y altamente competitivo.

Por otro lado, los defensores de esta corriente ideológica argumentan que el Nacionalismo Revolucionario sigue siendo relevante en la actualidad, y que es una respuesta necesaria al neoliberalismo que ha dominado la política mexicana durante las últimas décadas. Según ellos, la desigualdad y la exclusión social son los principales problemas de México, y que la única forma de abordarlos es a través de políticas económicas y sociales que promuevan la inclusión y la justicia social.

Independientemente de la posición que se adopte, lo cierto es que el Nacionalismo Revolucionario de López Obrador ha generado un intenso debate en México. Si bien es cierto que la historia de México está marcada por este tipo de corrientes ideológicas, también es cierto que el mundo ha cambiado, y que es necesario adaptarlas a las realidades actuales.

En última instancia, el éxito o fracaso del Nacionalismo Revolucionario de López Obrador dependerá de su capacidad para adaptarse a las necesidades y desafíos actuales de México, además de que logre permear este discurso ideológico en la sociedad mexicana en general. Más allá del triunfo electoral en los próximos comicios, se trata de implantar un nuevo modelo de Gobierno, un régimen político donde la justicia social sea el principal estandarte. Si logra hacerlo, podría convertirse en una fuerza transformadora en la política mexicana. Si no lo logra, podría quedarse como una reliquia del pasado, un recordatorio de una época en la que el Estado era omnipresente en la economía y la política mexicana. La apuesta ideológica gira en torno a que trascienda la Transformación del país como puente hacia un nuevo periodo mezclado entre el nacionalismo y el nuevo Humanismo Mexicano.

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