Por: M.A. Mirna Izquierdo Gómez
En la actualidad la educación a nivel internacional busca
medir los niveles de desempeño a través de diversos mecanismos que demuestren
el desarrollo y progreso entre los educandos en los diferentes niveles,
desafortunadamente México se ha colocado en los últimos lugares, pero habría
que preguntarse a que obedecen estos parámetros, quiénes son los principales
responsables de estos resultados, que no
sólo nos exhiben a nivel mundial como una sociedad con falta de calidad
educativa, sino que reafirman la realidad de nuestro País como un pueblo que
conoce más los dibujos animados de Disney que los héroes patrios, si como
sociedad pensáramos en un mejor gobierno, con actores políticos con ideales,
valores, propuestas y acciones claras y convincentes, tendríamos que
recapitular que tipo de ciudadanos se está formando dentro de las aulas
educativas, que características son importantes no solamente para su desarrollo
profesional, pensar en esto nos lleva a cuestionarnos que solamente nos
preocupa una formación para el trabajo, dejando de lado la formación critica,
reflexiva, analítica que significaría una educación integral que nos permita tomar decisiones
acertadas; conciencias difíciles de manipular, que cuenten con la capacidad
intelectual suficiente para no dejar vender sus ideales y dignidad.
En diversas
ocasiones hemos criticado y hasta juzgado el desempeño de algunas figuras
públicas pero realmente cuantas veces hemos realizado una introspección
acerca de nosotros mismos cuestionando
no solamente aquellas carencias que representamos ante los demás, además de la
importancia de reconocer nuestras fallas, aún más que ello, qué estamos
haciendo para corregirlas, para contribuir así con un pequeño grano de arena
que en un futuro nos hará ser una mejor sociedad.
Así que antes de poder
competir con otros países debemos hacer conciencia sobre nuestra realidad y
apostar a un cambio realizando un análisis FODA (fortalezas, oportunidades,
debilidades, amenazas), para ver que espacios podremos convertir en áreas de
oportunidad, mantener aquellas fortalezas, ver las amenazas con meros retos.
En
un sentido bastante drástico y crudo diremos que como sociedad vivimos en la
realidad que merecemos o mejor dicho la que hemos construido bajo cimientos muy
débiles o bastantes superficiales que no permiten un desarrollo sólido, con una
visión de futuro, simplemente resolver el presente que nos aqueja. Empecemos el
día de hoy a cambiar el mundo a partir de nosotros mismos, así seremos mejores
seres humanos y fomentaremos una sociedad diferente con bases sólidas que no
será tan fácil de quebrantar.

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