Por: L.A. Luis Miguel Isidoro
Cien días transcurrieron ya de Gobierno de Enrique Peña Nieto, un inicio cargado de pretensión de reformas, entre ellas la educativa, la energética, la fiscal y la de telecomunicaciones como preámbulo, aunque aún no es posible medir el justo alcance, pero sin duda un avance importante es en materia de Telecomunicaciones.
Cien días transcurrieron ya de Gobierno de Enrique Peña Nieto, un inicio cargado de pretensión de reformas, entre ellas la educativa, la energética, la fiscal y la de telecomunicaciones como preámbulo, aunque aún no es posible medir el justo alcance, pero sin duda un avance importante es en materia de Telecomunicaciones.
México, necesita que se garantice su apertura como una
herramienta fundamental para garantizar el desarrollo pleno y democrático del
país, una medida para hacerle frente a los monopolios que a la fecha han
enmarcado la comunicación en México, con ello desaparecería la Comisión Federal
de Telecomunicaciones que sólo ha servido para ejercer cuotas políticas desde
el senado para no perder representación.
Si se concreta la reforma se daría
paso a uno de las demandas del surgido movimiento #Yosoy132 por la apertura de
los medios, con ello, se da un avance en materia de libertades de información y
comunicación. Es cierto que hay quienes consideran que se han levantado muchas
cortinas de humo para desviar la atención del probable aval a alimentos y
medicinas o la privatización de PEMEX, y es en este punto donde se debe ejercer
una oposición responsable y certera, atenta a las truculerías ya que está en
juego la suma del bienestar de toda una nación.
Con dicha reforma, lo que
esperaríamos la mayoría de los Mexicanos serían mejoras en las tarifas de
consumo, más inversión en televisión, radio, telefonía, internet, la
socialización de la web 2.0 de espectro satelital para todos, con certidumbre
legal y poder fijar así límites a la concentración del mercado propiciado por
la competencia, mejoras en los contenidos y una posible generación de más
empleos y mejor pagados en ese sector.
Los ciudadanos debemos seguir
defendiendo nuestro derecho a la libertad de expresión y estar atentos a todos
los candados que se quieran imponer en dicho precepto, propiciar circunstancias
que deriven en generar la mayor productividad para México.
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