jueves, 10 de diciembre de 2015

Recomposición de la Izquierda Mexicana y el Poder Popular


La Izquierda en México sufre una profunda crisis, sobre todo por los altos costos políticos que se han tenido ante la pérdida de identidad, ante la sumisión al ejecutivo y los poderes fácticos. Un amplio sector de la población no percibe a la izquierda como un referente de defensa de sus derechos, sino como un ejercicio político de indefinición.


Considero que se debe emprender la ruta de la construcción de una Plataforma de comprensión y de entendimiento político fuera de sectarismos y recriminaciones mutuas, para coadyuvar en la unificación de una Izquierda fuerte, de coincidencias, que sea capaz de recuperar esa confianza que ya no tiene el electorado, pues pareciera que la gente ya no percibe una izquierda partidaria.

Existe en nuestro país la pérdida de credibilidad de las instituciones, y eso, es lamentable, la gente se siente decepcionada de los partidos y de los gobernantes, y ya no ve alguna diferencia entre partidos, todos son iguales, se escucha en el clamor social.

Estamos a tiempo de iniciar el camino, de emprender el rumbo correcto hacia el 2016 como primer parada y hacia el 2018 como meta, de forma pacífica, para seguir dando la lucha hermenéutica  a través de los instrumentos políticos, desde la trinchera en la que estemos, con la firme convicción de que el cambio social debe iniciar desde la misma sociedad. Y es ahí donde tenemos muy claro que la Izquierda Mexicana aún seguirá fragmentada y compitiendo entre sí, sobre todo en las próximas elecciones a celebrarse en el 2016, pero con la esperanza de que se generarán los canales de consensos que nos lleve a la Unidad hacia el 2018. Sin embargo, por ahora veo propicio seguir en el esfuerzo de vincular a la gente a través de los Movimientos Sociales, pero también a través de un Movimiento que vaya más allá de los partidos políticos, que cohesione a la gente en causas comunes, sin que haya posiciones de exclusión, por el contrario, tender puentes, tejer redes de entendimiento, para lograr ese cambio tan anhelado que muchos quisiéramos para nuestro México.

Estoy convencido que se debe seguir el rumbo de un Movimiento de Unidad Popular, que esté al margen de los partidos, donde el elemento principal sea el ciudadano, con sus causas comunes, con el poder emanado del pueblo, con una organización enfocada en la transformación del entorno social, de cada región, de cada barrio, de cada pueblo, de cada colonia. Es cierto, que hoy en día, las redes sociales han fortalecido la difusión de información que nos reflejan un panorama de lo real, de lo verídico, de lo que realmente acontece, sin deformaciones ni manipulaciones mediáticas; sin embargo, se debe seguir impulsando la “conscientización social”, que permita el despertar social, con la confianza de caminar juntos, con consensos, decidiendo juntos como ciudadanos para mejorar nuestro entorno, con un sentido más social y humanitario, con el incremento de la participación ciudadana que redistribuya el ejercicio del poder para profundizar la democracia, que nos aleje de ser sólo entes pasivos que reciben resultados políticos, sino que con autoconsciencia exijamos espacios de participación consultiva real en la toma de decisiones de las acciones de los gobernantes, con atención a las demandas sociales y que forje el país que queremos a través de un verdadero poder popular.



Facebook: Luis Miguel Isidoro
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