martes, 24 de enero de 2023

De la 4T al Humanismo Mexicano


 
Por: Luis Miguel Isidoro


Con el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, con el 53% de los votos, más de 33 millones de votos, la Izquierda por fin vio coronada su lucha histórica de varios líderes, que encontraron en aquel triunfo electoral del 1° de julio de 2018, un laurel con sabor a victoria. Sin embargo, como el mismo presidente lo ha dicho, este proceso representa la llamada por él, la Cuarta Transformación (4T) de la vida pública del País, y no es el fin, sino el vehículo de poder que pueda transitar hacia un verdadero cambio de Régimen Político, que en últimas fechas ha denominado a esta nueva etapa como el Humanismo Mexicano, para llevar al País a un verdadero proceso de desarrollo.

América Latina ya ha visto en su vida política procesos de cambio en sus Gobiernos, alternancias, primaveras electorales, las cuales, han sentado las bases de operación para dar un giro en sus modelos económicos y formas de distribución de los recursos económicos en sus Países, no ha sido fácil, pues han tenido que tener un constante combate con las grandes transnacionales y élites de poder mundial capitalista. Algunos Países han dado muestra de que los cambios de Régimen se pueden lograr con éxito para darle a sus pueblos un estado de Bienestar, sobre todo a las clases más desprotegidas, en su momento Brasil, Argentina, Uruguay, de más lapso de Gobierno, como el caso de Bolivia, que logró a través de Evo Morales llevar la Justicia Social a sus niveles más altos y con verdadero potencial de crecimiento, motivo por el cual, en últimas fechas se han visto procesos de desestabilización en algunos países donde la izquierda ha triunfado, a través del amañado estandarte de llevar Democracia a esa nación, mientras los intereses económicos Geopolíticos, reales y potenciales, quedan encubiertos en temas como Democracia, Liberación de Dictaduras, Ayuda Humanitaria, Combate al Robo Digital de Datos, Protección y ayuda en Seguridad Pública, entre otros.

México tiene la oportunidad histórica de llevar a cabo una profunda transformación, pero la 4T solamente es el inicio de dicho proceso, y no es el fin, no es el objetivo final, ni es la etiqueta del hecho de haber logrado el triunfo electoral y ya; la 4T debe plantearse como el puente, que permita continuar la transformación y, que derive en la consolidación de esta nueva etapa de Nación, que deje sentadas las bases a través del Sexenio para consolidar el cambio de Régimen. Cuando Andrés Manuel López Obrador se encontraba en campaña hablaba de un Proyecto Alternativo de Nación como mecanismo de lucha y oposición al Poder de aquél entonces, y buscaba que ese Proyecto Alternativo lograra alternancias de gobierno, aunque fuera a nivel Estatal, Municipal o Comunitario, para ir construyendo desde abajo el Bienestar Social y que la gente percibiera ciertas diferencias en la forma de gobernar. Así fue como por varios años, más de una década de lucha, con todos sus momentos políticos y matices, el llamado Proyecto Alternativo de Nación empezó a estructurarse y cada vez más logró permear el Despertar de la Consciencia Social, sumando a intelectuales, ideólogos políticos, líderes de opinión, representantes sociales, líderes de varios estratos sociales; surgieron varios documentos, Planes de proyección de lo que podía hacerse, y la gente empezó a creer en esos ideales de cambio.

Actualmente, ya no puede hablarse de Proyecto Alternativo de Nación donde la Izquierda era oposición, hoy se tiene el Poder desde la Presidencia de la República y se debe hacer uso de todos los mecanismos para llevar a cabo una profunda transformación, cosa nada fácil, pues el Neoliberalismo sigue enraizado a través de las Leyes, enmarcadas en la Constitución vigente, además de la Infraestructura Institucional que implementó. Cientos de bloques ha enfrentado el actual Gobierno para lograr de forma paralela el cumplir los compromisos de campaña, de este Plan Sexenal al cual le faltan 2 años y, a la vez ir consolidando el cambio de Régimen.

Las 3 Transformaciones anteriores en la vida pública del País, (Independencia, Reforma y Revolución) de las que habla el presidente Andrés Manuel López Obrador, han dado origen a nuevas Constituciones. Es cierto que la Constitución vigente ha ido sufriendo algunos cambios, reformas estructurales, que permiten implementar de cierta forma la operación de los Programas del Bienestar y, Políticas Públicas distintas que pueden marcar diferencias en la forma de Gobierno. Sin embargo, es vital y prioritario, analizar y buscar a futuro, el pensar en proyectar un Constituyente que origine una Nueva Constitución.

El Humanismo Mexicano es un movimiento filosófico y cultural que surgió en México durante la década de 1930. Se caracteriza por su énfasis en la dignidad humana, la libertad individual y el respeto a la diversidad cultural, se inspiró en corrientes filosóficas occidentales como el Humanismo Renacentista y el Existencialismo, pero también tomó en cuenta las tradiciones y valores de la cultura mexicana. Sus ideas han tenido un gran impacto en la sociedad mexicana y han contribuido a la defensa de los derechos humanos y la promoción de la justicia social. Uno de los principales exponentes del Humanismo Mexicano fue Enrique Valdés, quien promovía la idea de que el ser humano es el centro de la sociedad y debe ser tratado con respeto y consideración. Valdés sostenía que la educación y la cultura son fundamentales para el desarrollo humano y la realización personal. Otra importante figura del Humanismo Mexicano fue Alfonso Reyes, quien enfatizaba la importancia de la libertad individual y la autonomía del individuo. Reyes también destacaba la necesidad de promover la tolerancia y el respeto hacia las diferencias culturales, ya que esto es fundamental para la convivencia armoniosa en una sociedad diversa.

En conclusión, aunque la 4T ha tenido algunos logros en su lucha contra la corrupción y la pobreza, es importante recordar que el Humanismo Mexicano es una corriente filosófica y cultural que promueve la dignidad humana y la libertad individual. Por ello, debemos asegurarnos de que estos valores sean considerados y promovidos en la toma de decisiones políticas.

Es la oportunidad de que se estimule la Unidad de todos los sectores y de todos los niveles de Gobierno, así como del Legislativo. No es una tarea fácil, pues se atraviesan en el sexenio varios procesos electorales, próximamente elecciones en Coahuila y el Estado de México, y en el 2024 la sucesión presidencial, además de algunos Gobiernos Estatales y Municipales, Legislaciones Federales y Locales, y las correlaciones de poder podrían cambiar, pero es ahí donde se debe trabajar, y dejar de lado los intereses mezquinos, de los Partidos Políticos, cuando está por delante la búsqueda del Bienestar para el pueblo de México.

Las condiciones políticas son óptimas, el camino está trazado, el combate a la corrupción presenta ya algunos frutos y beneficios económicos para el País, se tiene un presidente de la República Líder, que goza aún de mucha credibilidad y aceptación popular, que permite llevar a cabo la Justicia Social, la búsqueda del Apalancamiento de Desarrollo que ha potenciado a la Nación en América Latina y recientemente en América del Norte. Es el momento de trabajar desde las bases sociales para permear y consolidar la "Ideología con Contenido", con la emisión de una nueva "Cultura Moral en el Pueblo", que siga despertando la "Consciencia Social", llegando a más sectores y estratos de la población, más allá de los Partidos Políticos, para lograr registrar en la Cuarta Transformación de la vida pública del país la Implantación de esta filosofía ideológica como Nuevo Régimen Político, el Humanismo Mexicano.

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